La pinada perdida
Uno de los estragos del cambio climático

Vistas de la Sierra de Redován y el pueblo desde la huerta. Foto: Carlos García.
Al extremo sur de la provincia de Alicante se encuentra la Vega Baja, su última comarca. Tierra agrícola por antonomasia y de lares tranquilos, es afortunada gracias a la unión de su tierra plana y extensa, la riqueza de las aguas del río Segura, que fertilizan la tierra, y el sol, los tres ingredientes principales e imprescindibles para llevar a cabo las labores de agricultura. Su capital es la ciudad de Orihuela y su huerta está considerada la zona de regadío más importante de toda la provincia y el principal pulmón económico del primer sector.
Precisamente por la planitud de la mayoría de su extensión destaca una montaña que se yergue como un impresionante macizo rocoso desde la tierra llana: la Sierra de Redován o Sierra de Callosa. Sus 578 metros de altura sobre el nivel del mar se pueden apreciar majestuosos especialmente desde las carreteras y caminos que llevan de Orihuela a Redován, uno de los tres municipios a los que da vida esta montaña junto a Cox y Callosa de Segura, y que por la privilegiada situación de sus hogares, que descansan a los pies de esta, es conocido como el Balcón de la Vega Baja.
No obstante, esta vez algo en el paisaje es distinto. Esta vez, la montaña, que es para los ciudadanos de Redován la guardiana protectora del pueblo y una seña de identidad, ya no luce más sus mejores galas, pues el manto verde de pinos que cubría su ladera ha desaparecido en su mayoría y se ha tornado marrón.
Para comprobar lo que ocurre nos personificamos en la zona recreativa de La Ermita, un paraje natural situado en la parte más alta del pueblo que los vecinos del mismo utilizan para reunirse con amigos y familiares en su tiempo libre, para la celebración de algunas festividades o para entrar en contacto con la naturaleza. Allí podemos apreciar la magnitud del problema, pues el pinar que ocupa toda la zona se está secando y muriendo. Mediante una exhaustiva investigación, comprobamos que las razones de este hecho son múltiples y muy distintas a lo que comúnmente se pueda pensar.

El manto marrón que cubre la Sierra de Redován. Foto: http://www.facebook.com/unidosporredovan
Desde la primavera de 2014 se comenzaron a apreciar lo que parecían síntomas de sequedad en algunos pinos de la zona de Redován, Cox, Callosa de Segura, Benejúzar y Orihuela. Su razón principal era el insecto Tomicus Destruens, o comúnmente conocido como barrenillo, una especie de escarabajo que actúa perforando galerías en los troncos de los pinos y que impide que la sabia, el agua y el resto de nutrientes necesarios circulen por el ejemplar.
Estefanía Gómez, portavoz del grupo Unidos Por Redován, aclara que «estos síntomas se habían evaluado desde principios de 2012, y el PSOE, que se encontraba en la oposición en ese momento, lo avisó. Pero de todas formas, no se tomaron medidas y ha acabado desembocando en la actual situación». Así, Adrián Hurtado, militante del PSOE de Redován y vecino del municipio, nos dice que «no se pueden exigir responsabilidades políticas al PP por esto, porque por suerte o por desgracia la naturaleza no entiende de política, aunque es cierto que en 2011 la Generalitat emitió un informe del peligro y poco se hizo para evitarlo».

Pinada en el paraje natural de «La Ermita» con pinos infectados y zona talada. Foto:www.facebook.com/unidosporredovan
Sin embargo, esta no es la única razón de la plaga. El hecho de que los pinos enfermaran y se contagiaran rápidamente del barrenillo es debido a la sequía que asola la zona durante los últimos años por falta de lluvias. El pino carrasco, la variedad de pino plantado en el lugar en el año 1952, es una variedad que necesita unos 200 litros de agua por año como mínimo, y en los últimos años solo había recibido 80 litros. «Hay que tener en cuenta que estamos en un clima muy seco y que el pino carrasco no es una especie que se corresponda del todo con nuestro clima. De hecho, los de la sierra fueron plantados por humanos», nos vuelve a aclarar Hurtado.
Es por ello que la Generalitat Valenciana, a la que compete esta zona, después de «una actuación muy tardía e ineficiente» no quiere volver a replantar una especie que no es autóctona y que podría volver a causar este tipo de problemas, y ha optado, como ha dicho Adrián Ballester, concejal de Hacienda, Transparencia y Participación Ciudadana de Redován, «por plantar pinos cartageneros, algarrobos y acebuches, porque se adaptan mejor al suelo y a la condiciones climatológicas de la sierra».

Trabajadores y voluntarios en la reforestación del paraje natural «La Ermita». Foto: http://www.facebook.com/ayuntamientoredovan
A principios de noviembre de 2014 comenzó la tala de muchos de los ejemplares que habían muerto o que estaban infectados, pero según Hurtado «se puede valorar también la gestión «ex-post», es decir, una vez que han muerto los pinos, la sierra estaba literalmente seca y se tardó un tiempo considerable en quitar los pinos, siendo eso una bomba de relojería para posibles incendios. Aunque al menos Redován han talado la gran mayoría. En Orihuela la situación es mucho peor».
Actualmente, la Sierra de Redován, una de las más afectadas, se encuentra en un estado desolador, pues el 80% de su pinada está infectada y gran parte de ella ya ha sido talada. Desde febrero de 2016, tanto trabajadores contratados por la Generalitat como los propios vecinos del municipio, así como los alumnos del colegio y del instituto, con la esperanza de recuperar su paraje natural, han participado en la reforestación. El grupo Unidos Por Redován se queja por medio de la voz de su portavoz de que «los nuevos ejemplares plantados se están secando y es una pena que se malgaste todo el esfuerzo físico y económico que se ha empleado hasta ahora». Piden que el gobierno actual (PP) se haga cargo de una regada continua para que no se pierda lo invertido.
«En todo caso la culpa es del calentamiento global y de eso la culpa no la tiene el PP, la tenemos todos», es la última e interesante reflexión que nos deja Hurtado, pues el cambio climático está sucediendo ahora y sus estragos son visibles hasta en los lugares más recónditos del planeta.
Por Maite M.